Buenas a tod@s,
Ya estoy aquí de nuevo, lo
prometido es deuda. Como veis no ha pasado mucho tiempo desde mi última
entrada.
En esta ocasión, os traigo una
forma de enseñarles a vuestros alumnos/as e hijos/as algunas pautas y consejos
a seguir para que sean conscientes de los peligros que existen en la red y
puedan protegerse, precisamente, de ellos. Pero, de una forma divertida: a
través de cuentos.
Este cuento que os traigo en cuestión está
pensado para niños y niñas de 4º de primaria y, para ello, he utilizado un
cuento clásico como es el de los siete cabritillos, eso sí, éstos son algo más
modernos ;-). Lo he versionado junto con
mi amiga Mª Carmen Herrera Mundina, a la que ya nombré en mi anterior entrada. (Por
cierto, no dudéis visitar su blog, Mi reloj educativo: TIC-tac).
Espero que os guste y os dé algunas ideas para
vuestras clases.
LOS SIETE
CABRITILLOS DEL SIGLO XXI
Objetivo: Concienciar sobre el buen uso
de las redes sociales y educar a los menores en las normas básicas de
protección.
Narración:
Había una vez una familia de cabritillos.
Los cabritillos eran muy inteligentes y siempre querían estar a la última en las
nuevas tecnologías y lo que más le gustaba por encima de todo era jugar a la
consola.
La mamá de los cabritillos, consciente de los
peligros que hay en la red, siempre les estaba diciendo a sus hijos que
tuviesen mucho cuidado, que ahí también tenían que tomar precauciones para
estar a salvo como en la calle, pues igualmente podría venir el lobo y
comérselos.
Y todos los días, antes de irse de casa, la mamá
cabra les decía a sus hijos cómo estar a salvo en internet, pues sabía que en
cuanto ella saliera por la puerta se conectarían a la consola para jugar a
Clash Royale o a Minecraft. Y les decía:
- No chatead con desconocidos ni quedéis con ellos.
- No le deis vuestro teléfono o contraseña a nadie.
- No le mandéis fotos vuestras a nadie.
- No le digáis donde vivís ni por donde soléis estar o jugar a nadie.
- Recordad que nada es gratis.
- Hablar mucho con una persona en
internet no lo convierte en tu amigo, es una persona desconocida en la vida
real.
Los cabritillos cansados de que su madre siempre
les dijera lo mismo le decían al unísono sin apenas haberla escuchado: -
¡Sííííí, mamá!
Pero, a la hora de la verdad no le hicieron caso y
sí que dieron información personal a un amigo que jugaba con ellos todos los
días a Clash Royale, de hecho, era el líder del clan, ¡cómo no fiarse de él!;
tan sólo era otro cabritillo de su misma edad, iba a un colegio muy cercano al
suyo e, incluso, iba a jugar al mismo bosque al que iban ellos con su madre.
- Lider Clash Royale: - “¡Hola de nuevo!, se me ha ocurrido que algún día
de esta semana, cuando no esté vuestra madre en casa para que no nos regañe,
podría ir a vuestra casa y jugamos todos juntos allí y así os enseño todos los
trucos para conseguir más trofeos y cofres y también para llegar al nivel de
Arena Legendaria”.
- “Mamá no nos deja darle nuestros datos personales a nadie”, le dijo el
más pequeño de los cabritillos a su hermano mayor.
-“¡Calla ya!, que no es un desconocido. Lo conocemos desde hace un montón
de meses y es como nosotros; aquí no hay peligro”, le contestaron los otros
hermanos.
Y así fue cómo le dijeron a su amigo donde vivían
para que fuera algún día a jugar con ellos y otros muchos detalles personales
sin darse cuenta. Al cabo de un rato,
llamaron a la puerta y todos se sobresaltaron, pues su madre les tenía
prohibido abrir la puerta cuando ella no estaba en casa.
- El mayor de los hermanos preguntó: - ¿Quién es?-
- “Soy yo, vuestro amigo. He venido a jugar con vosotros”.
- “No abras la puerta”, “No tiene voz de cabritillo, parece de adulto.
¿Cómo sabemos que es él?”- les dijo el cabritillo pequeño a sus hermanos.
El amigo tomó clara de
huevo para aclararse la voz y así consiguió engañar a los cabritillos. El
hermano mayor le abrió la puerta en seguida pues todos estaban impacientes por
conocer los trucos que les llevarían al máximo nivel del juego. Y cuál fue su
sorpresa al encontrarse al lobo feroz y no a un cabritillo como ellos creían.
Los cabritillos, temerosos, corrieron a esconderse, pero ya era demasiado
tarde, el lobo se los comió uno a uno excepto al más pequeño, que le había
hecho caso a su madre y no se había fiado del “supuesto amigo”. Se había
escondido en la caja del reloj antes de que sus hermanos abriesen la puerta y
había llamado a su madre al móvil. Su madre llegó en seguida a socorrerlos y, muy
asustada al ver que se habían llevado a sus hijos, utilizó, en esta ocasión, la
tecnología a su favor y, afortunadamente, junto con la ayuda de la policía, pudieron
rastrear el GPS del móvil que llevaba uno de sus hijos.
Encontraron al lobo
dormido en el parking de un centro comercial cercano, le abrieron la barriga y
sacaron a todos los cabritillos sanos y salvos. Después de coserle la barriga,
la policía le leyó todos sus derechos y lo llevaron preso a la cárcel para
siempre por ser tan malo y perverso.
Los cabritillos, por su parte, habían aprendido la
lección y prometieron utilizar las nuevas tecnologías con precaución y sabiendo
que el conocimiento es la mejor defensa en internet.
Y colorín colorado, este cibercuento se ha acabado.
Moraleja: las malas personas se aprovechan de la inocencia y la ingenuidad de los
niños y niñas para engañarlos e Internet es un medio muy fácil para captarlos y
manipularlos y así poder acosarlos, amenazarlos, secuestrarlos, etc. entre
otros muchos peligros. Una buena educación es la mejor defensa y la base de un
internet futuro más seguro.
Además, es muy importante
valorar la comunicación física por encima de la cibernética.
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