domingo, 4 de diciembre de 2016

COMPETENCIA DIGITAL DEL ALUMNADO



Hola de nuevo a tod@s.


El tema que os traigo hoy guarda una estrecha  relación con el de mi entrada sobre competencia digital docente (CDD) del 23 de octubre pasado ya que, en este caso, vengo a hablaros de la competencia digital del alumnado (CDA) y  digo lo de “estrecha relación” porque obviamente para poder enseñar a nuestros alumnos/as, nosotros como docentes, debemos aprender y desarrollar nuestra propia competencia digital.

 Estamos hartos de escuchar que las nuevas generaciones han nacido sabiendo utilizar la tecnología, que es algo innato en ellas y sí, es cierto, pero es labor nuestra, y con “nuestra” me refiero tanto a profesores como a padres, el enseñarles a hacer un uso correcto de las mismas. Guillermo Cánovas, director del observatorio para el uso saludable de las nuevas tecnologías, nos dice en un artículo publicado en La Voz por Ana Lorenzo, que igual que enseñamos a nuestros hijos a cruzar la calle también hay que enseñarles a usar las redes y que el uso que hagan de ellas, es decir, el que hagan un acceso correcto o no de las nuevas tecnologías, depende de la educación dada por los padres, a los que yo añado también por los profesores.

Como ya dije en mi entrada sobre CDD, nuestra sociedad ha cambiado a un ritmo vertiginoso como consecuencia de la gran transformación tecnológica y demanda una educación muy distinta a la tradicional y más acorde con las relaciones de la vida cotidiana de nuestros jóvenes y niños/as de hoy en día. Por tanto, queda claro que la educación es el pilar básico para afrontar los nuevos retos que se plantean, de hecho, ya se ha producido un cambio muy significativo en el concepto de alfabetización desde que surgiera tal necesidad en el s.XIX hasta nuestros días; lo que antes se consideraba alfabetizar era, exclusivamente, enseñar a leer y a escribir, pero hoy en día, en pleno s. XXI, no basta sólo con esto, alfabetizar significa mucho más. Tanto es así que, en 2006, la LOE introduce, por primera vez en el currículum, la “Competencia Digital” como una de las Competencias Básicas para el alumnado (“Tratamiento de la información y competencia digital”) y, después, la LOMCE en 2013 resalta su importancia en la educación como competencia clave, pero sin especificar o desarrollar concretamente ningún aspecto (pasa a llamarse solamente “Competencia Digital”). Esto conlleva un serio problema para los maestros/as pues cada cual hace lo que puede y/o quiere.


Personalmente, como maestra me planteo qué es enseñar competencia digital y cómo lo que tengo que enseñar realmente y, lo más importante, ¿se está llevando realmente a cabo en nuestras aulas? Y, por último, ¿qué es lo que tengo que evaluar a mis alumnos/as, es decir, en qué criterios debería basarme?  Para responder a estas preguntas, que seguro muchos de vosotros/as os hacéis os traigo las 5 dimensiones que engloban lo que es enseñar según Manuel Area (2011; dimensión instrumental,  cognitiva-intelectual, expresiva-comunicacional, axiológica y emocional) y lo que tiene que tener un alumno o alumna para ser competente digitalmente según Jordi Adell mediante un mapa conceptual realizado por mi amiga Mª Carmen Herrera, a la que también le interesa mucho este tema, y por mí para que, grosso modo, os hagáis una idea con un simple vistazo:





En cuanto a la evaluación, personalmente, me basaría, al igual que en la CDD, en las áreas para evaluar la competencia digital del marco de referencia propuesto por DIGCOMP en 2013: Información, comunicación, creación de contenidos, seguridad y resolución de problemas. Además, pediría a los alumnos/as que evaluaran a sus propios compañeros/as (evaluación entre iguales) y al propio alumno/a que realizase su autoevaluación pues lo importante es su experiencia de aprendizaje ante la interacción con la tecnología pues él/ella es el/la que aprende con la práctica, es decir, tocando y manipulando los “cacharros” como los llama Adell, explorando y descubriendo por él/ella mismo/a (aprendizaje constructivo).

Y me he dejado por contestar la pregunta de si se está llevando a cabo correctamente en nuestras aulas la competencia digital para el final porque me gustaría comentarla más ampliamente. En general, y a “bote pronto”, contestaría que obviamente no; se encuentran muchas dificultades debido a que una gran parte del profesorado no está preparado o no es competente digitalmente y, además, sigue sin verla como una necesidad a enseñar, siempre relegada a los contenidos curriculares cuando, en realidad, una cosa no es excluyente de la otra sino complementaria y, por supuesto, ya es hora de desterrar el mito de que sólo se enseña en la asignatura de informática; esto como maestros/as lo tenemos que tener muy presente y no engañarnos a nosotros mismos, pues la competencia digital debe ser trabajada e integrada en todas las asignaturas de una forma transversal. Dicho esto, también he de añadir que cada vez somos más las personas y profesores que estamos poniendo remedio a esto y que estamos empezando a remar al ritmo del alumnado para cubrir sus necesidades actuales, pues realmente lo importante no es la cantidad de tecnología que tengamos sino el enfoque de trabajo y la metodología que utilice el docente. Como ejemplo, para fomentar la CDA, os dejo una e-actividad que he realizado junto a Mª Carmen Herrera en la asignatura de Ciencias Naturales para niños/as de 5º de primaria que estoy segura que os va a encantar: E-actividad. Los ecosistemas.

          Lo que está claro es que la “Competencia Digital del Alumnado” deberá representar en un futuro, que ya es presente, uno de los pilares del sistema educativo que, necesariamente, tendrá que formar a individuos creativos y autónomos preparados para los posibles problemas que puedan encontrar en su vida futura, pues estamos ante una sociedad calificada como “sociedad de la incertidumbre”. Por lo tanto, es necesaria la formación de alumnos menos dependientes de temarios estrictos y de “protocolos”, por así decirlo, y que estén más en consonancia con una sociedad más actual: innovadora y fluida. Y esto se conseguirá renovando nuestra metodología y utilizando más nuestra creatividad y recursos y no dándonos miedo dejar de lado al libro como único recurso válido para la enseñanza. Como suele decirse coloquialmente “renovarse o morir”…hasta la próxima ;-). 

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