(Dibujo realizado por Pau López Ruiz-8 años) |
Buenas amig@s:
Hoy os traigo una actividad para
trabajar en el aula “súper” divertida. Se trata de hacer un libro de fábulas
como ya habréis adivinado, más o menos, por el título de la entrada.
Las fábulas como ya todos/as
sabemos son un género literario narrativo (de hecho, se cree que es una de las
formas literarias más antiguas que existen) utilizado para escribir historias
breves y didácticas en la que el narrador plantea una problemática moral que
puede tener solución o no y que termina con una enseñanza o moraleja para el
lector, generalmente de una manera explícita. Sus personajes suelen ser
animales u objetos inanimados que adquieren características humanas. Es propio,
además, de las fábulas que ya en el título se presenten a los protagonistas y
que éstos sean antagónicos o que sus características lo sean. Enganchan a los
niños/as por su sencillez, su brevedad y su gracia.
Como dato de interés os diré que la
fábula ya era cultivada dos mil años antes de nuestra era. Se han encontrado en
Mesopotamia tablas de arcilla que cuentan historias de zorros astutos,
elefantes presuntuosos y perros desgraciados, que provienen de la biblioteca
escolar de la época. No poseen una moral explícita pero sí que muestran una
afinidad con los proverbios por su construcción antitética que antes os
comentaba. Habrá que esperar a la época de la antigua Grecia para encontrar ya
esa intención última cuya finalidad es la de reflexionar sobre el texto; la
primera fábula conocida de esta época es la del ruiseñor de Hesíodo,
de comienzos del s. VII a.C., que se encuentra en su poema Los trabajos
y los días en la que se hace una reflexión sobre la
justicia. A lo largo de la historia encontramos autores reconocidos que han cultivado
la fábula entre otros géneros literarios y así han llegado hasta nuestros días
como, por ejemplo, Demetrio de Falero (primera colección de fábulas
históricamente atestiguadas que se perdieron), Esopo (son las fábulas más
famosas: colección Augustana conocidas
como Fábulas esópicas), Fedro, Aviano, (éstos últimos romanos), el francés La
Fontaine, los españoles Iriarte y Samaniego que en la época de la Ilustración
recopilaron y versionaron las fábulas de los anteriores, etc. En el s. XX el género
se cultivó muy poco, pero, por suerte, en el s. XXI volvió a resurgir gracias
al escritor Sabatino Scia (napolitano), autor de más de doscientas fábulas
tituladas por él mismo como “fábulas de protesta occidental”.
Con éste ínfimo recorrido histórico
de la fábula se puede ver que ya desde la antigüedad se conocía la importancia pedagógica
o didáctica de tal recurso para los niños/as en el aula pues es una buena
manera de entretener y educar al mismo tiempo, a la vez que les ayuda a
desarrollar su creatividad e imaginación. Aprovechando que a los niños/as les
encanta escuchar historias, contarlas e, incluso, inventarlas y escribirlas se
puede utilizar en el aula para trabajar aquellos contenidos curriculares que
queramos enseñar, no sólo de lengua y literatura sino que, al tratarse, al
menos para mí, de un recurso trasversal, se puede utilizar también para
trabajar otras áreas y competencias básicas tales como la competencia digital,
de la que tanto he hablado en este blog o la educación en valores.
El lenguaje y la comunicación es un
eje fundamental en la educación primaria, por lo que la fábula acerca a los
niños/as a la lectura y a la comprensión de los textos literarios y les ayuda
en el desarrollo de habilidades lingüísticas tales como hablar, escuchar y
conversar, leer y escribir. Permite que los niños/as se expresen tanto
oralmente como por escrito de una forma más eficaz y aprenden a expresar y
compartir sus ideas, sus sentimientos y percepciones, les ayuda a regular su
conducta y la de los demás, a ser críticos y justos ya que invita a pensar
sobre la realidad propia o ajena, a desarrollar su imaginación y creatividad, a
conocer los contenidos culturales y hacerlos suyos, etc. Se puede decir que la
fábula ayuda al niño/a a construir su propia visión del mundo ya que muestra
ejemplos de lo que es correcto mediante reflexiones provechosas sobre la vida
humana y de lo que no lo es o de lo que conviene evitar, a través de las
advertencias.
Aparte
del punto de vista lingüístico también se puede abordar desde el punto de vista
psicológico, etnológico, sociológico, psicoanalítico, etc. En el área emocional o de educación en
valores, la fábula nos permite enseñar o promover que los niños trabajen el
respeto mutuo, que valoren las diferencias individuales, la tolerancia, etc.,
además de promover el trabajo cooperativo y ayudarles en la construcción de una
buena ciudadanía.
En cuanto a los cursos donde se
puede utilizar, si es que os lo estáis preguntando, desde mi punto de vista,
diría que en todas las etapas. Eso sí, ajustando el grado de dificultad al
curso donde se aplique. En la etapa de infantil y los primeros cursos de
primaria (hasta tercer curso si concreto) las fábulas son ideales pues es una
etapa en la que los niños/as viven rodeados de héroes y villanos, buenos y
malos y, sobre todo, si sus protagonistas son animales, que encima adoptan
características humanas, los transporta a un mundo mágico y fantástico donde
todo puede ser posible. Lo recomiendo sobre todo en estos cursos porque es
cuando los niños/as están empezando a escribir y redactar, a saber expresarse
correctamente, etc. y las fábulas son un buen aliciente para ellos/as, les enganchan
en seguida, son una gran motivación.
Hasta aquí he dejado claro que
contar fábulas, cuentos o historias es un medio muy adecuado y utilizado a
menudo para transmitir conocimientos por el maestro/a pues facilita la
comprensión y el aprendizaje del alumnado, pero ¿y si damos un “pasito” más y
les proponemos a los niños/as que ellos mismos/as diseñen y creen sus propias
fábulas y, si puede ser on line? Os propongo hacer un libro de fábulas como el que he hecho yo junto a
mi amiga M. Carmen Herrera y en el que se ha implicado mi hijo de 8 años pues
le entusiasmó la idea y ha estado junto a mí aportando ideas e, incluso, ilustrando
algunas páginas de éste con sus propios dibujos. El resultado y la experiencia
ha sido fantástica e inmejorable de la que nos hemos enriquecido ambos. Es una
actividad, que ya de antemano os digo que triunfará en vuestras clases y no
sólo en el ámbito escolar sino también en el familiar. Es una actividad que
también aconsejaría para hacer en familia pues aúna a sus miembros y da la
oportunidad de pasar tiempo juntos (algo inestimable para nuestros hijos/as; sin duda el mejor regalo) y trabajar y crear algo juntos y aprender
cualidades de los “peques” que puede que aún no supiéramos o ellos/as de los
“papis”. Además, este libro siempre estará ahí de recuerdo pues se puede comprar una
vez finalizado y tenerlo físicamente en casa, además de poder compartirlo on
line si es que se opta por la modalidad de hacerlo público para toda aquella persona
que entre en la aplicación que hayamos usado.
En cuanto al ámbito escolar, depende
del curso, os aconsejaría que se hiciera un libro de fábulas entre toda la clase o
bien uno por grupo o, incluso, por alumno si hablamos de quinto o sexto de
primaria. En el caso de los primeros cursos, la actividad no será tan
ambiciosa, la haríamos más sencilla para que todos puedan participar y
divertirse aprendiendo. Propondremos la realización del libro una vez explicado
en clase lo que es una fábula y en qué consiste y entre todos la redactaremos e
ilustraremos y, para hacerla aún más motivante, recurriremos a las TIC
utilizando una herramienta para crearlo on line (por lo que, además, estamos
desarrollando su competencia digital). En este punto, os aconsejaría varias
aplicaciones para hacerlo como storybird,
storyjumper,
titatok, bookbuilder, nicetales, etc. Animaos y
echadles un vistazo, no os defraudarán. Yo he utilizado storyjumper, me ha
resultado más fácil y manejable, además deja subir fotos propias o de internet
mientras que storybird no lo permite, eso sí cuenta con una gran cantidad de
personajes e imágenes muy bonitas y artísticas; es su punto fuerte. Os dejo el
enlace de mi libro de fábulas para que le echéis un vistazo, espero que os
guste y os animéis a probarlo con vuestros alumnos y alumnas: Mi libro de fábulas
Chao, hasta la próxima.